Invertir en dividendos es una de las estrategias más clásicas que existen. Al comprar acciones, el inversor pasa a ser propietario de una pequeña parte de la compañía.
Esta propiedad que adquiere le otorga una serie de derechos, entre los que se encuentra el cobro de la parte proporcional de los beneficios de la compañía obtenidos durante el ejercicio económico, es decir, percibir dividendos.
Unas determinadas acciones pueden ser idóneas para otras estrategias de inversión, pero no cumplir con estas premisas: un inversor busca maximizar su patrimonio a largo plazo con la percepción de este tipo de rentas, invirtiendo con seguridad y sin tener que estar constantemente analizando valores.
1. ¿Cómo comenzamos nuestra selección de acciones de dividendos?
Una de las ventajas de invertir en dividendos es la simplicidad que requiere este enfoque.
Imaginemos que hemos visto una determinada compañía en la prensa financiera y ha llamado nuestra atención. Lo más natural sería que accediésemos a todos los datos necesarios que nos permitan llevar a cabo un análisis fundamental y decidir si la incluimos o no en nuestra lista de vigilancia.
Estas tareas son más sencillas si utilizamos algún buscador y selector de valores. De esta manera, tendremos a mano toda la información precisa para tomar decisiones sin perder tiempo.
Por ejemplo, hemos comprobado que la empresa Abbott Laboratories, la cual cotiza en Wall Street, forma parte de un índice que muestra las empresas de este mercado que han incrementado su dividendo en los últimos 25 años (el Standard & Poor’s Dividend Aristrocat).
Si insertamos este valor en el buscador de la herramienta de TopDividendos, automáticamente accedemos a la información necesaria para realizar nuestro análisis fundamental (lo cual no quiere decir que otras fuentes no puedan ser consultadas).
A raíz de aquí, comenzamos a analizar esta empresa para decidir si:
a) Compramos.
b) Descartamos.
c) La mantenemos en vigilancia hasta encontrar una mejor oportunidad.
1.1. Comprender el negocio de la empresa
Las acciones de una empresa no son billetes de lotería, son una parte de su capital y otorgan el derecho a participar en la marcha del negocio.
Bajo esta perspectiva parte nuestro análisis fundamental para invertir en acciones de dividendos. Al comprar acciones, el inversor pasa a formar parte de la vida del negocio. La gestión y evolución del mismo determinará el éxito.
Por este motivo, es necesario, antes de invertir, comprender bien qué modelo de negocio adopta la compañía y cuál es su estrategia de cara al futuro.
La información financiera, análisis de expertos, publicaciones oficiales y noticias son las principales fuentes que tiene un inversor a su alcance. Sin embargo, es necesario interpretar esta información (que a veces puede resultar excesiva y confusa).
En la primera parte del buscador y selector de valores que hemos utilizado podemos ver el perfil de la compañía, así como su sector, el país en el que tiene su sede, su capitalización bursátil y otros datos de interés.
En el caso de nuestro ejemplo de Abbott Laboratories, observamos que se trata de una empresa dedicada al desarrollo, fabricación y venta de productos relacionados para el cuidado de la salud; un sector que presenta buenas características para nuestra inversión.
También podemos encontrar una información fiable en el organismo regulador de mercados del país en el cual tenga sede la empresa. En nuestro ejemplo, Abbott Laboratories es una empresa estadounidense, con lo cual está supervisada por la Security Exchange Comission (SEC).
En España, el órgano encargado es la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Las empresas cotizadas tienen obligación de informar a la autoridad supervisora toda la información relevante.
La idea es tener una imagen del modelo de negocio de la compañía, el sector en el que opera y preguntarnos si es estable; con perspectivas de futuro (¿montaríamos nosotros esa empresa si tuviésemos la oportunidad?). Esta es una de las bases para invertir por dividendos.
A medida que se va adquiriendo experiencia, se van conociendo los recovecos de cada sector económico.
1.2. La capitalización bursátil
La capitalización bursátil no es ni más ni menos que el valor que el mercado le asigna a la totalidad de la empresa . Si tomamos el número de acciones que componen el capital de una empresa y lo multiplicamos por el precio de cotización de las mismas, obtendremos este valor.
En síntesis, es lo que tendremos que pagar, en un momento determinado, si decidimos adquirir toda la compañía mediante la compra en Bolsa de todas sus acciones.
Básicamente, lo que nos viene a decir este indicador es la dimensión económica que tiene la empresa. Siguiendo este criterio, como norma general, las empresas se dividen en tres grupos:
- Gran capitalización (large caps).
- Mediana capitalización (mid caps).
- Pequeña capitalización (small caps).
La inversión en dividendos se basa en una estrategia a largo plazo, la cual busca reinvertir estas rentas para aprovechar todo el potencial del interés compuesto.
Requiere seleccionar empresas sólidas, con un buen historial de ganancias y reparto de dividendos.
Las empresas de gran capitalización cumplen mejor estas exigencias. Son empresas más consolidadas y con una cotización más estable (sin fuertes sobresaltos).
El inversor en acciones de dividendos siente preferencia por este tipo de empresas, los cuales aportan más garantías de solidez y estabilidad a la inversión. No obstante, no debe ser un factor determinante ni excluyente: existen empresas small caps que pueden funcionar muy bien para esta estrategia.
En realidad, cualquier capitalización bursátil puede ser idónea, siempre y cuando se cumplan las exigencias necesarias que iremos tratando a lo largo de estas líneas. En todo caso, una empresa de gran capitalización suele tener unas características más afines (no en todos los casos).
2. Los datos fundamentales básicos
Antes de comenzar a analizar empresas en profundidad, deberíamos repasar una serie de datos fundamentales previos, a modo de filtro, para seleccionar valores que verdaderamente puedan adaptarse a lo que buscamos (lo cual nos ahorrará tiempo y esfuerzo).
En este punto, hemos concluido que Abbott Laboratories es:
- a) Una empresa que se dedica a crear, fabricar y vender productos relacionados con la salud. Opera en el sector maduro y con perspectivas de crecimiento.
- b) Tiene una gran capitalización bursátil, lo cual es un signo de solidez y estabilidad.
- c) Cotiza en Wall Street (sujeta a los cambios políticos y económicos de Estados Unidos).
Ahora veremos un poco más acerca si merece o no merece la pena vigilar esta empresa. Para ello nos guiaremos de los siguientes parámetros:

Datos fundamentales de Abbott Laboratories
2.1. Yield (rentabilidad)
2.2. Dividendo anual
2.3. Pay-out
Estamos ante uno de los datos de los más significativos. El Pay-out representa la política de reparto de beneficios que establece la empresa. En otras palabras, qué parte de los beneficios se destinan al pago de dividendos. Suele expresarse en porcentaje. El dinero no repartido queda dentro de la empresa como reservas para financiar otros proyectos (lo cual puede ser sinónimo de un mayor crecimiento; o no).
2.4. P/E (price to earnings)
2.5. D/E (debt to equity)
2.6. Próximo dividendo
La fecha del próximo reparto de dividendos. El inversor en acciones de dividendos debe tener presentes estas fechas (también lo trataremos con más detalle).
3. El precio de cotización y la rentabilidad por dividendo
Uno de los primeros datos que se deben analizar para seleccionar acciones de dividendos es precisamente la rentabilidad que espera el inversor (al margen de las oscilaciones de mercado).
Un ejemplo lo explicaría mejor. Si atendemos a los datos de cotización de Abbott Laboratories que nos muestra el selector de valores de TopDividendos, comprobamos su precio actual en el mercado es de 89,42 $. Esta empresa ha repartido un dividendo anual de 1,44 $ por acción. Con lo cual, si compramos acciones a este precio, obtendremos una rentabilidad por dividendo de un 1,61%.
Si el precio fluctúa hasta los 100 $, y compramos acciones a ese precio, nuestra rentabilidad por dividendo se vería reducida hasta un 1,44%.
Como podemos ver, la rentabilidad por dividendo depende del precio actual de la acción y de los dividendos históricos (hemos tomado como base el último dividendo anual repartido por Abbott Laboratories).
Los inversores tratan de conseguir una rentabilidad por dividendo superior a la que pueda obtenerse con los activos de renta fija (por ejemplo, los Bonos del Tesoro del país en el cual cotiza la acción). Esto depende del precio al cual se compren las acciones y la evolución del negocio de la compañía (los dividendos pueden variar de un año para otro, en función de los beneficios que se consigan). Algunas empresas incluso suspenden los dividendos en momentos difíciles.
Lo importante en este punto es atender a que la empresa tenga un historial de reparto de dividendos estable. En la herramienta de selección y búsqueda de valores de TopDividendos existe un “Scoring”: una puntuación basada en el reparto de dividendos sostenibles.
En cuanto a las fluctuaciones de precio que una acción pueda sufrir en la Bolsa de Valores, podemos ampliar esta información y decidir si es susceptible a sufrir altibajos significativos. Los inversores en acciones de dividendos prefieren las cotizaciones estables y crecientes; es signo de la estabilidad de la empresa y los riesgos que se asumen. Las acciones con unas fluctuaciones violentas pueden indicar unos beneficios inestables.
Aunque, también, si se espera una caída en las cotizaciones, podemos esperar para comprar a un mejor precio y obtener una mayor rentabilidad por dividendo.
Si atendemos a la sección “Rendimiento de mercado” del selector de valores, comprobamos que Abbott Laboratories presenta un buen histórico, con una evolución positiva. En el último año, su precio experimentó una subida del 13,61%.
4. El P/E (PER) y la valoración de la empresa
El P/E (PER) es un dato que se obtiene simplemente dividendo el precio de cotización actual entre el beneficio por acción (BPA). El BPA sólo es el beneficio neto de la empresa entre su número total de acciones. Dicho de otro modo, la parte de los beneficios que le corresponde a cada acción.
El PER nos indica si la acción cotiza cara o barata con respecto a sus beneficios. Lógicamente, cuánto más bajo sea este valor significa que es más barata; aunque esto no se puede deducir de un modo tan rápido: simplemente debemos tomarlo como un primer indicio.
Normalmente, la cotización de las acciones adelanta el futuro crecimiento de la empresa, por este motivo, suelen cotizar a un múltiplo de los beneficios repartidos. Pero la pregunta es: ¿qué múltiplo es el correcto?
Lamentablemente, no hay una fórmula exacta. Se establece una regla general, no fija (esto es importante), para seleccionar acciones de dividendos: las empresas sólidas suelen tener un PER entre 8 y 15.
Siempre se debe conjugar con la evolución de beneficios que ha venido mostrando en un período largo de tiempo (unos 10 o 15 años) y con el que se prevé de cara al futuro.
Una empresa puede tener un PER superior a 15, pero también una alta tasa de crecimiento de sus beneficios año a año. Del mismo modo, un P/E bajo no siempre es sinónimo de una empresa infravalorada, puede asociarse con unas malas previsiones de futuro.
También debemos interpretar el P/E según el sector en el que opera y las cifras que arrojan las empresas competidoras.
En definitiva, el P/E es un dato que nos sirve como una primera aproximación para determinar si la empresa cotiza a un precio adecuado. Pero debemos interpretarlo con prudencia.
Una cuestión importante es que el PER no funciona igual para todas las empresas. Hay sectores en los que este valor es más fiable que otros (por ejemplo, para empresas tecnológicas no suele ser un dato útil, puesto que las previsiones de crecimiento son más inestables; tienen una gran volatilidad en sus beneficios).
Existe una herramienta en el selector de valores de TopDividendos que facilita mucho las estimaciones en cuanto si una empresa se encuentra cotizando a un precio adecuado, conforme a su valoración.
Según un consenso de analistas expertos, se estima un valor intrínseco de las acciones (basándose en una tasación de la compañía). La relación existente entre el precio de cotización y la valoración real de la empresa nos muestra si compramos acciones infravaloradas o sobrevaloradas.
Se trata de una fórmula que nos ayuda a estimar si el precio que pagamos está en acorde con el valor que recibimos, un buen complemento al P/E.
En este ejemplo, podemos comprobar como Abbott Laboratories cotiza en un rango justo: un precio razonable para comprar acciones en busca de obtener dividendos.
5. El Pay-out: la política de dividendos de la empresa
El Pay-out es un dato clave para las acciones de dividendos. Dependiendo del tipo de empresa, sector o la propia administración, se repartirán a los accionistas un porcentaje de los beneficios mayor o menor.
Sencillamente es el porcentaje de beneficios que se destina a reparto de dividendos entre los accionistas. El resto queda dentro de la empresa como reservas. Nos muestra la política de reparto de beneficios y las necesidades de recursos propios que tiene la empresa.
Si el beneficio por acción (BPA) se ve disminuido, la compañía tiene menos base para repartir dividendos. Pero, incluso teniendo menos beneficios, la directiva puede decidir aumentar el porcentaje de Pay-out.
Como norma general, un porcentaje en torno al 40% o 50% se considera adecuado. Pero, como hemos repetido, los datos deben ser puestos en perspectiva basándonos en estos tres factores:
- Los datos históricos de la propia compañía.
- Otras empresas competidoras.
- La media del sector.
Como es lógico, las empresas que quieran acometer un plan de expansión, necesitarán mayores recursos. Al igual sucede en determinados sectores, los cuales requieren fuertes inversiones (por ejemplo, la construcción de obra civil). Una forma de no aumentar la deuda de la empresa es retener el dinero de los beneficios, para ello se reduce el Pay-out.
Dicho de otro modo, pueden verse sacrificados los dividendos actuales a cambio de un mayor crecimiento futuro de los beneficios.
Un alto Pay-out también puede ser peligroso: la empresa necesita recursos propios y no recurrir tanto a la deuda. Puede comprometer su estabilidad.
Aunque puede darse otra situación, más desagradable: la empresa puede tener deudas y debe reducirlas a costa de un menor reparto de dividendos. En este aspecto, debemos prestar atención al nivel de deuda de la empresa y cómo la gestiona.
En la imagen anterior vemos un análisis más detallado de la política de Pay-out llevada a cabo por Abbott Laboratories; un 66,7% no está nada mal para una compañía que debe invertir constantemente para el desarrollo de nuevos fármacos.
6. Comenzamos a analizar los números
Antes de continuar, vamos hacer un repaso de todo lo visto hasta ahora con otro ejemplo. Esta vez haremos un pequeño análisis fundamental previo sobre Societé Générale.
¿Qué conclusiones podemos obtener?
- Societé Générale es una empresa de servicios financieros (seguros, banca minorista y de inversión). Los bancos son negocios en los que no es fácil el acceso a nuevos competidores (tienen unas altas barreras de entrada) y esto es positivo de cara a los beneficios futuros.
- Por otra parte, deberíamos vigilar bien los riesgos del negocio, puesto que los servicios financieros son sensibles a los tipos de interés y regulación.
- Su capitalización bursátil nos indica que es una gran empresa. Un punto a favor para decidirnos, puesto que puede ser indicativo de continuidad y estabilidad.
- Su precio de cotización actual es de 13,26 € por acción. En la última sesión bursátil subió un 0,29%. El histórico de sus cotizaciones se muestra horizontal, lo que indica cierta estabilidad. Se aprecia una fuerte subida fruto de la burbuja producida en el período 2004-2008. Posteriormente, la cotización cayó.
- No tiene una mala puntuación en el “Score” de TopDividendos. Por lo menos es superior a 50. Esto nos muestra que en el pasado ha tenido cierta capacidad para repartir dividendos de forma estable.
- Observamos que, a la sesión de ayer, la rentabilidad por dividendo ascendía al 17,19%. El último dividendo anual fue de 2,20 € por acción y tiene una buena política de reparto de dividendos (nada menos que el 72,13% de los beneficios).
- Podría considerarse que las acciones de Societé Générale se encuentran muy baratas. Su P/E es de tan sólo 4,68. Es un PER anormalmente bajo. Este dato deberíamos analizarlo con más detalle. En todo caso, las acciones de Societé Générale se encuentran infravaloradas según el consenso de los expertos (establecen una valoración de 43,49 €).
- Los bancos de inversión suelen utilizar mucha deuda para sus operaciones (lo que se denomina el apalancamiento financiero), no resulta del todo extraño que presente un nivel de deuda superior al capital, pero sí podría ser peligroso para la estrategia con acciones de dividendos. Esta información debe ser minuciosamente analizada y ver hasa qué punto representa un riesgo.
- No tiene establecida todavía la fecha del próximo dividendo.
En definitiva, Societé Générale podría ser una empresa a tener en vigilancia por su alta rentabilidad por dividendo, su bajo P/E y otra serie de características.
Por el contrario, hay factores que nos invitan a descartar a estas acciones como inversión bajo la estrategia de dividendos; la situación de deuda con relación al capital (D/E) nos inquieta, así como su negocio como banco de inversión (de hecho, como se puede observar en la imagen anterior, su calificación de crédito es de Ca; este rating la define como un valor altamente especulativo).
Así pues, decidimos ampliar nuestro análisis fundamental.
6.1. ¿Cómo ampliar la información?
Ponerse a analizar los números de una empresa es una de las labores más áridas, pero, como veremos, no resulta tan complicado si tenemos a nuestro alcance los cálculos.
Básicamente, las conclusiones de la situación de la empresa, su pasado, su evolución y las proyecciones que se puedan hacer hacia el futuro parten de la contabilidad empresarial. Tal y como dijo el famoso inversor Warren Buffett: “La contabilidad es el idioma de los negocios”.
Existen tres informes de contabilidad que las empresas cotizadas deben hacer públicos (auditados):
- El balance de situación: hace referencia a los bienes y derechos que tiene la empresa; y cómo financia lo que tiene. Nos muestra una imagen de sus activos (lo que tiene), sus pasivos (lo que debe) y su patrimonio neto (su capital y reservas). ¿Cómo ha conseguido la empresa lo que tiene?
- La cuenta de resultados: muestra los beneficios o pérdidas que ha tenido la compañía durante un período de tiempo. Puede ser en un ejercicio completo o una parte del mismo (por ejemplo, un trimestre). Todas las partidas de ingresos y gastos vienen reflejadas en este documento, así como el resultado del negocio. El inversor puede determinar si la facturación crece, pero también si lo hacen los gastos (y qué tipo de gastos son). Los dividendos nacen del beneficio neto (después de impuestos). A raíz de los resultados se determina el BPA; y aplicando al BPA el Pay-out, obtenemos el dividendo.
- El estado de flujos de efectivo: los ingresos y gastos de una empresa no se tienen que corresponder con las entradas y salidas efectivas de dinero. Una factura puede no cobrarse, pero figura como un ingreso. De esta manera, el estado de flujos de efectivo es un documento que nos informa del dinero que realmente entra y sale de la empresa, ya sea por sus actividades ordinarias (de explotación), de inversión o de financiación. Esta información es de las más importantes para llevar a cabo el análisis fundamental en acciones de dividendos.
Las compañías que cotizan en una Bolsa de Valores tienen obligación de remitir la contabilidad anual (auditada), así como los avances trimestrales, al organismo supervisor correspondiente. La información financiera es pública y puede consultarse.
Cada trimestre se obtienen los datos sobre la marcha del negocio y sus beneficios. También se elabora el informe de contabilidad de cierre de ejercicio (anual).
Existen analistas expertos que escudriñan toda esta información, hacen cálculos y nos ofrecen sus resultados. Los informes de analistas pueden sernos de ayuda, puesto que nos resuelven muchos cálculos.
6.2. ¿Qué buscamos en las acciones de dividendos?
Aunque, no todas las empresas cumplen cada una de estas características (encontrar la empresa perfecta es verdaderamente difícil), un inversor en acciones de dividendos intenta buscar empresas con estas características:
- Un balance de situación sólido, con bajos niveles de endeudamiento.
- Fuertes beneficios empresariales.
- Buena calificación crediticia (otorgada por las agencias de rating).
- Manejo de efectivo y posibilidad de acceder a crédito fácilmente en caso de que sea necesario.
Además de conseguir una buena rentabilidad por dividendo, comprar a buen precio, baja volatilidad histórica, etc.
6.3. El “Resumen financiero” de la empresa
En el selector de valores de TopDividendos podemos encontrar un resumen financiero, basado en la contabilidad de la compañía.
No existe un único modo de analizar las empresas, ni todos los análisis coinciden. Pero tampoco es preciso realizar un análisis exacto, bastará con responder a estas cuatro preguntas básicas:
- ¿La empresa tiene liquidez suficiente para atender a sus obligaciones a corto plazo?
- ¿Es una empresa solvente?
- ¿Debería preocuparnos su nivel de endeudamiento?
- ¿El negocio es rentable y tiene perspectivas de seguir siéndolo?
- Y preguntas por el estilo.
Para encontrar las respuestas, comenzamos analizando el resumen de su balance.
Como se ha dicho anteriormente, en el balance aparecen todos los bienes y derechos que tiene la compañía; así como sus deudas. La diferencia de lo que tiene la empresa y lo que debe es el patrimonio neto (capital y reservas).
De esta manera, debemos distinguir:
- Activos no corrientes (o no circulantes): son los activos que se mantienen a largo plazo. Generalmente configuran toda la infraestructura que necesita la empresa para trabajar (por ejemplo, naves industriales, vehículos, oficinas, etc.).
- Activos corrientes (circulantes): se trata de los bienes y derechos necesarios para el funcionamiento operativo, el del día a día (se espera que no estén en la empresa a más de un año). Por ejemplo, el dinero en los bancos y los créditos comerciales a cobrar.
- Pasivos no corrientes (no circulantes): la empresa puede tener deudas a largo plazo (más de un año). Suponen obligaciones de pago (las cuales deben atenderse, aunque se reduzcan los ingresos).
- Pasivos corrientes (circulantes): son las obligaciones que tiene la empresa y que se deben liquidar dentro el ejercicio económico presente (deudas a corto plazo).
- Patrimonio Neto: aportaciones de los accionistas y el dinero acumulado procedente de beneficios no repartidos (reservas).
Si observamos el resumen financiero de Societé Générale, obtendremos una serie de conclusiones.
En el gráfico de la izquierda se puede observar con claridad que el capital (también llamado Equity) es extremadamente bajo en contraste con su deuda (ya vimos esto al analizar su ratio D/E). Dicho de otro modo, la empresa se financia en una parte muy grande con deuda ajena, pero, además, se puede ver con claridad que cuenta con muy poco capital propio.
Sin embargo, hay otro dato que destaca: los activos circulantes son inferiores a los pasivos circulantes. En otras palabras, la empresa no tiene un fondo de dinero suficiente para atender a sus obligaciones a corto plazo.
Esta situación que presenta Societé Générale no significa que la empresa esté en quiebra, puede transformar sus activos no corrientes y capital circulante. Sin embargo, su posición de liquidez no es sólida.
Entendemos por liquidez la capacidad para hacer frente a las obligaciones más inmediatas. La ratio de liquidez se calcula dividiendo los activos circulantes entre los pasivos circulantes.
En síntesis, la situación de balance de una empresa nos da una idea acerca de su salud financiera y su valoración real.
Podemos observar la diferencia que presenta Societé Générale con una compañía con un “Score” de dividendos de 88 puntos, un sector maduro (ferroviario), una calificación crediticia de A1; pero, por otra parte, con un P/E más alto y una rentabilidad por dividendo más baja: Union Pacific.
Comprobamos que Union Pacific, aun teniendo una buena posición de solvencia, tampoco arroja un buen dato de liquidez. Se debería analizar este dato con más detalle (apoyados por el estado de flujos de efectivo). Todas las empresas pueden pasar – y, de hecho, suelen pasar – por apuros transitorios de liquidez.
Del mismo modo, la ratio deuda – equity de esta compañía también nos invita a ser cautelosos.
Pero, en definitiva, tal y como se ha dicho anteriormente, es verdaderamente difícil encontrar la empresa perfecta. Debemos tener una visión global de todos los factores y ponerlos en perspectiva.
6.4. Evolución de la deuda y el capital
Hemos tratado la relación existente entre la deuda que tiene una compañía y sus recursos propios. Además de su posición de balance para analizar su solvencia.
Una empresa solvente tiene mayores garantías de continuar en el largo plazo y ofrecer dividendos, incluso en momentos económicos complicados. Todas las empresas pasan por malas épocas; pero su solvencia y su capacidad de gestión son las que cobran protagonismo en estas situaciones. De hecho, una forma de medir a las empresas es por cómo son capaces de sortear los momentos difíciles.
Dicho esto, la deuda no es mala por sí misma, es más, puede ser beneficiosa si los fines que persigue contribuyen con el crecimiento. Lo que es peligroso para las acciones de dividendos es un alto nivel de deuda. Para esto se utiliza la ratio D/E.
Pero, más allá, un aumento de deuda debe estar acompañado de un aumento del tamaño de los activos, a la par de un crecimiento en los beneficios. De ahí la importancia de la relación entre la deuda y el equity (capital).
Por otra parte, recordemos que la deuda tiene un coste. En función de cómo evolucionen los tipos de interés, una empresa muy endeudada puede tener mayores dificultades para mantener el reparto de dividendos.
En el gráfico siguiente podemos comprobar cómo Union Pacific, a pesar de tener una ratio D/E de 1,65, ha podido incrementar su capital sensiblemente, mientras que ha conseguido gestionar su deuda para mantenerla.
Sin embargo, en los últimos tiempos, ha llegado a un punto de inflexión en el cual el equity ha ido disminuyendo y la deuda aumentando; finalmente, la deuda supera al capital. Aquí es cuando un analista fundamental que trata de seleccionar acciones de dividendos se pregunta: ¿a qué se debe este cambio de tendencia de la relación deuda y equity?
Lo que debemos ser capaces de comprender es que tradicionalmente esta empresa ha mostrado una buena gestión de su deuda, con lo cual, la situación presente puede deberse a algún problema puntual, un cambio en la gestión o una crisis económica.
6.4. Ingresos y ganancias
Los beneficios provienen de los ingresos que obtiene la empresa por vender sus productos o servicios (principalmente), alguna operación extraordinaria que pueda realizar (como la venta de algún activo) y otras operaciones financieras.
A priori, si los ingresos ordinarios del negocio son estables (y crecientes), significa que la empresa tiene una buena gestión y capacidad para repartir dividendos. Pero los gastos tampoco hay que perderlos de vista, puesto que un aumento de ellos supone una merma en el beneficio empresarial. Existen empresas que tienen más margen de beneficios sobre las ventas que otras, dependiendo de sus gastos y la gestión de los mismos.
En nuestro análisis de Union Pacific, comprobamos que se obtiene una rentabilidad sobre los ingresos del 27,85% (esta cifra debería comprobarse con otras empresas del sector). Además, en cada una de las presentaciones trimestrales de resultados, la empresa no tiene fuertes altibajos en sus ingresos; más bien pueden considerarse estables.
En cuanto a los beneficios (área de color verde), observamos que también son estables. El pico producido en 2018 puede deberse a una situación extraordinaria, no es significativo puesto que se da de una forma puntual (aunque puede ser analizado para determinar sus causas).
Los beneficios deben analizarse de una forma más detallada, dado que es preciso tener una visión completa de lo que podemos esperar en el futuro (nuestros dividendos dependen de esta variable).
Retomando nuestro ejemplo con Union Pacific, comprobamos los gastos ascienden al 72,2% de la totalidad de los ingresos. Con lo cual, el margen de beneficios asciende al 27,9% (27,85% para ser más exactos).
Podemos ver también en este informe más detallado los datos del beneficio por acción (al cual debemos aplicarle el Pay-out para determinar el dividendo por acción) y el P/E (PER). También, y este dato tiene relevancia, comprobamos como el P/E estimado (Futuro P/E) aumenta, lo cual puede ser una buena señal de que se espera mayor crecimiento futuro.
6.5 El EBITDA
Hacemos un inciso para explicar un concepto importante con relación a los beneficios: el EBITDA.
EBITDA son las siglas de Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones). Se trata de un indicador de beneficios de gran importancia, puesto que al calcular los beneficios antes de aplicarle estas partidas contables estamos estimando el beneficio bruto de explotación del negocio (la pura actividad empresarial).
El EBITDA es utilizado para medir la evolución de los beneficios a lo largo del tiempo (sin tener en cuenta partidas que distorsionan las cifras); incluso nos permite una comparación de los beneficios entre empresas del mismo sector.
6.6 El beneficio por acción estimado (BPA)
El inversor en acciones de dividendos debe estar atento a las presentaciones periódicas de resultados empresariales. En el selector de valores se muestra la información correspondiente al último informe de resultados y el beneficio por acción que representa. Conviene analizar esta información y observar su evolución.
En el caso de Union Pacific, tal y como vemos, la última publicación de resultados se produjo el 23 de abril de 2020. Los analistas estimaban un BPA de 1,9 $, pero finalmente el resultado fue mucho mayor y arrojó un BPA de 2,15 $ (un 13,16% superior).
También se puede observar la fecha de la próxima presentación de resultados y el BPA estimado.
6.7 El Free Cash Flow
El flujo de caja (cash flow) es más difícil de manipular que las partidas contables. El dinero que entra y sale de la empresa es una realidad. Sobre esta realidad se contrastan los cálculos.
Hablamos del flujo de caja libre (free cash flow) para referirnos al dinero que ha obtenido la empresa una vez deducidos todos los gastos necesarios. Por supuesto, cuanto mayor sea este valor, mejor (lo ideal es que suba todo lo posible). Aquí es dónde se puede estimar si la empresa tiene dinero para pagar dividendos.
En cuanto a Union Pacific, según podemos ver en la imagen, presenta un flujo de caja positivo, con sobresaltos según la estacionalidad (recordemos que están basadas en informes contables trimestrales), pero bastante estable. Se observa un claro aumento desde el año 2007 (aproximadamente).
6.8 Estimaciones futuras
La idea de seleccionar acciones de dividendos es conseguir unas rentas constantes a lo largo del tiempo, y si son crecientes, mucho mejor. Las empresas analizadas deben tener, por lo menos, estabilidad.
La inversión en dividendos no se basa en una compraventa de acciones frecuentemente, requiere tiempo para analizar y seguir los valores. Sin embargo, cuando se incorporan unas acciones a la cartera, es con una visión de mantenerlas a largo plazo. Por ello, basándonos en el análisis fundamental y nuestra intuición, se debe estimar el comportamiento esperado de la empresa en el futuro.
Por suerte, también en este aspecto tenemos a nuestro alcance informes de analistas expertos que facilitan este trabajo. En el selector de valores de TopDividendos podemos comprobar las estimaciones de los ingresos futuros y de beneficios por acción (EPS futuro).
Atendiendo a esta información para continuar con nuestro análisis de Union Pacific, observamos que, según el consenso de 13 analistas expertos, se esperan unos ingresos futuros estables (podrían ser crecientes, pero estables también nos sirve si la empresa es adecuada y la rentabilidad por dividendo obtenida es buena).
Por otra parte, un promedio de 21 analistas considera que el beneficio por acción (BPA) de Union Pacific aumentará, tal y como se muestra en la imagen siguiente. Este último dato sí que nos resulta interesante para seleccionar acciones de dividendos.
7. Información relativa a los dividendos
Debemos completar nuestro análisis para seleccionar acciones de dividendos con toda la información relativa a este tipo de rentas que pretendemos percibir: las fechas estimadas, cuántos suelen cobrarse al cabo del año, cómo se ha comportado la empresa históricamente en sus pagos, etc.
Las empresas hacen públicos estos datos, pero en el buscador de acciones de TopDividendos podemos encontrar toda la información relevante de un modo resumido.
7.1. Calendario de dividendos
Los dividendos pueden pagarse una vez al año (cuando es un dividendo único) o bien con cierta frecuencia (dividendos a cuenta y dividendo complementario). También es posible que exista algún dividendo extraordinario. Todas estas cuestiones debe tenerlas bajo control un inversor que siga esta estrategia.
Hay dos fechas importantes para inversor en dividendos, las cuales debe conocer:
- La fecha de cierre del libro de registro en el libro de accionistas.
- La fecha de distribución.
La fecha de cierre de registro (Record Date) hace referencia a que toda persona que sea accionista ese día tiene derecho a cobrar el dividendo próximo. Después de esa fecha, las acciones operan sin el dividendo (ex-dividend).
En otras palabras, se debe ser accionista en un día concreto para tener derecho al dividendo actual, este día es el de fecha de cierre.
La otra fecha señalada es la fecha en la cual se reparte efectivamente el dividendo a todo aquel que figuraba como accionista en el libro registro a fecha de cierre (puede ser algunos días e incluso meses después).
Si atendemos a cómo realiza el reparto de dividendos Union Pacific, deducimos que, de cara al año 2020 tiene intención de realizar cuatro repartos de dividendos. El primero de ellos en marzo (y se encuentra confirmado). En cuanto a los posteriores de junio, septiembre y diciembre, son los meses y cantidades estimadas, pero aún no están confirmados.
El inversor en acciones de dividendos atiende a las fechas señaladas y las confirmaciones de los repartos de dividendos, con fines de saber cuánto percibe y cuándo puede contar con ese dinero en su cuenta de valores. Este calendario es de gran ayuda.
7.2. Evolución histórica del dividendo
Sin duda, uno de los datos más importantes para seleccionar acciones de dividendos es comprobar el comportamiento histórico de la empresa en su reparto.
Si la empresa ha suspendido dividendos o bien los ha podido incrementar nos dice mucho de lo que podemos esperar con esta inversión.
Por ejemplo, al observar estos datos sobre Union Pacific, comprobamos lo siguiente:
- La empresa suele pagar dividendos con una frecuencia de cuatro veces al año.
- El dividendo bruto del dividendo con cargo al ejercicio anterior asciende a 3,88 $. Lo que arroja una rentabilidad por dividendo (si se compran las acciones a la cotización actual) de un 2,43%.
- Vemos las rentas que podríamos obtener en una simulación de compra de 10, 100 y 1.000 acciones.
Pero lo verdaderamente significativo es que la empresa ha sido capaz de ir aumentando el dividendo, salvo en dos ocasiones puntuales.
Además, en el gráfico inferior (Dividendos por año) se puede ver cómo la empresa ha mantenido los dividendos anuales, con ciertos altibajos.
Se completa esta información con una tabla del histórico de dividendos repartidos, para observar mejor las fechas y ponerlas en contexto con la situación económica que reinaba en ese momento (por ejemplo, ¿cómo se comportaron las acciones durante la crisis de 2008?).
7.3. La importancia de la diversificación
Una vez más debemos incidir en que al seleccionar acciones de dividendos estamos configurando una estrategia de inversión a largo plazo, en la cual es preciso mitigar los riesgos propios de cada una de las empresas a través de la creación de una cartera diversificada.
Diversificar nuestra inversión en acciones de dividendos de distintos sectores, distintos mercados y realizar compras en momentos diferentes (lo que se denomina “diversificación temporal”) es un mecanismo de seguridad, no se lleva a cabo para ganar rentabilidad.
No obstante, aquí entra en juego el llevar a cabo una correcta gestión de la cartera:
- ¿Es correcta la distribución o existen valores que tienen mucho peso?
- ¿La distribución sectorial es la adecuada?
- ¿Cuál sería la rentabilidad por dividendo de la totalidad de la cartera?
- ¿Y el “Score” promedio en el reparto de dividendos?
- ¿Cómo estarían distribuidos los pagos de los dividendos y qué cantidad mensual promedio recibiríamos?
- Entre otras cuestiones
En la herramienta de gestión de TopDividendos es posible incorporar las acciones seleccionadas a una cartera y tener bajo control todos estos aspectos.
Con toda esta información a nuestro alcance y nuestra capacidad de interpretación, estamos en buena disposición de analizar y seleccionar acciones de dividendos.
Atender a los datos fundamentales más básicos nos servirá para comenzar nuestras estimaciones, pero recordemos que necesitamos empresas con fuertes beneficios y una sólida posición de balance. Esto se consigue profundizando en la información financiera de la compañía. El análisis fundamental de empresas nos revela aquello que necesitamos saber para invertir en búsqueda de una buena rentabilidad por dividendo.